Más allá de sus espectaculares acrobacias, lucha por la experiencia cinematográfica tradicional y redefine su propio legado en una era de cambios.
Tom Cruise, a sus 62 años, encarna en la vida real la pasión desbordada que caracteriza a sus personajes en la ficción. Desde el fervor de Jerry Maguire hasta la sed de velocidad de Maverick, la estrella de Hollywood se ha erigido como el más ferviente defensor del cine, una cruzada personal en tiempos donde la pandemia y el auge del streaming amenazaban con relegar la experiencia de la "gran pantalla" a un segundo plano.
En un gesto que resonó en la industria, en 2020, en pleno auge de la COVID-19, Cruise compartió un video en redes sociales en el que se lo veía entusiasmado yendo a ver "Tenet" de Christopher Nolan. "Peliculón. Gran pantalla. Me encantó", expresó, sentando un precedente. Posteriormente, antes de las proyecciones de "Top Gun: Maverick" en 2022, apareció en introducciones para agradecer al público por elegir "verla en la gran pantalla". Su mensaje es claro y contundente: "Me encantan mis palomitas. Las películas. Palomitas".
La apuesta de Cruise dio frutos. "¡Le salvaste el trasero a Hollywood!", le dijo Steven Spielberg en un almuerzo previo a los Oscar, luego de que Top Gun: Maverick recaudara la asombrosa cifra de 1.500 millones de dólares, según reportó la revista Variety. La masiva concurrencia demostró que el público seguía dispuesto a llenar las salas de cine, un dato crucial en la reactivación de la industria.
Con el estreno de "Misión Imposible: Sentencia Final", queda claro que la "marca Cruise" ha calado hondo. Su actual gira de prensa es un eco constante de su devoción por el cine y del aprecio de los fans por su compromiso inquebrantable de realizar él mismo sus propias escenas de riesgo, según una nota publicada por The New York Times.
Hace dos décadas, la carrera de Cruise parecía tambalearse. Las polémicas en torno a su devoción a la Cienciología, sus mediáticas declaraciones y apariciones públicas lo colocaron bajo el ojo del huracán mediático. Sin embargo, dos décadas después, Tom Cruise sigue siendo, sin lugar a dudas, una de las mayores estrellas de cine del mundo. Su resurgimiento se explica en gran medida por qué ha logrado convertirse en la encarnación más auténtica de lo que The Onion parodió alguna vez: un tipo que, sencillamente, ama mucho, mucho el cine.
"Le encantan las películas. Simplemente, también las hace", sintetiza Joe Quenqua, estratega de medios y exejecutivo de Disney, subrayando la autenticidad que perciben los espectadores. El atractivo de sus legendarias acrobacias -escalar el edificio más alto del mundo, despeñarse en moto por un acantilado o colgarse de un biplano a miles de metros de altura, como en su nueva película- radica precisamente en que es él, Tom Cruise, quien las ejecuta, sin dobles.
La obsesión de Cruise por la experiencia cinematográfica es implacable. En Londres, recientemente, enfatizó la importancia de que los actores comprendan "el objetivo" del cine. Incluso ha realizado anuncios de servicio público instando a los consumidores a desactivar el suavizado de imagen en sus televisores, argumentando que "hace que la mayoría de las películas parezcan rodadas en video de alta velocidad en vez de en película". Doug Liman, director de sus películas "Al filo del mañana" y "Barry Seal", lo confirma: "A Tom le encanta el cine: le encanta ir al cine, hacer cine, hablar de cine. Es algo extraordinario".
Su enfoque en las escenas de acción, que se intensificó con la franquicia "Misión Imposible" a partir de 2011, ha sido un pilar en la fase más reciente de su carrera. Incluso los escándalos, como la filtración de un audio de 2020 donde regañaba duramente al equipo por no respetar los protocolos COVID-19 en el set, solo refuerzan su imagen de profesionalismo implacable. Su respuesta: "Dije lo que dije".
Ahora, con "Misión Imposible: Sentencia Mortal Parte Dos", se enfrenta a la misión de rentabilizar un presupuesto que se acerca a los 400 millones de dólares. Tras competir por salas IMAX con "Oppenheimer" en la entrega anterior, Cruise se ha comprometido con cámaras y estrenos IMAX, logrando una ventana de tres semanas, algo "casi nunca" concedido, según Rich Gelfond, CEO de IMAX.
La firma de Cruise en redes sociales, con sus recomendaciones de películas, se ha convertido en un sello de aprobación no oficial para los éxitos de taquilla. Como le dijo Gelfond a Cruise agradeciéndole el apoyo a "Pecadores": "Cuando una película gana, ganamos todos". Una filosofía que define a Tom Cruise, el hombre que no solo hace cine, sino que vive por él.