Dormir con el estómago pesado puede provocar ciertas complicaciones. Tampoco es recomendable cenar muy tarde.
La cena, para muchos, es uno de los momentos más importante del día debido a que es el que permite compartir una comida en familia o, en el caso de vivir solos, es la hora en la que se puede disfrutar de comer algo rico y relajarse. Sin embargo, hay que tener en cuenta dos cosas: no cenar tarde y evaluar los alimentos que se van a ingerir ya que algunos pueden generar
Además, dijo que, mientras el intestino está activo y realizando la digestión -especialmente si se han ingerido platos copiosos, grasos, ricos en azúcares o muy condimentados-, el cuerpo dedica más energía y atención al proceso digestivo.
Para los expertos hay que cenar comidas livianas y hacerlo, al menos, dos o tres horas antes de acostarnos porque de esta manera damos tiempo a que nuestro sistema digestivo termine su labor antes de irnos a dormir.
Cenar ligero no significa comer poco sino que se trata de buscar un menú fácil con alimentos que no sean pesados para el estómago para evitar tener una noche complicada. Según Wix, la digestión activa y el sueño son procesos que compiten por los recursos del cuerpo. Además, indicó que, cuando el intestino trabaja de más por la noche, la calidad del sueño se resiente, por eso la recomendación de cenas livianas, de fácil digestión, así como respetar un tiempo prudente entre la última comida y el descanso nocturno.
Algunos alimentos aumentan el riesgo de tener pesadillas, muy especialmente, cuando se ingieren en horas previas a acostarse y estudios recientes, como el llevado a cabo por el Centro de Investigación Avanzada en Medicina del Sueño de Montreal, identificaron que los lácteos (leche, queso, yogur y helados), los dulces y los alimentos picantes están entre los principales implicados en la mayor frecuencia de sueños agitados o pesadillas, destaca la experta.
"La ingesta de productos lácteos puede provocar síntomas digestivos nocturnos, como gases, dolor abdominal y/o hinchazón en caso de tener intolerancia a la lactosa. Esta sintomatología interrumpe el sueño y favorece la aparición de sueños desagradables o pesadillas", dijo Wix, a la vez que añadió que los alimentos picantes también pueden aumentar la temperatura corporal, estimular el metabolismo y alterar la estructura del sueño. "Todo esto favorece la aparición de sueños más vividos y, a menudo, perturbadores", indicó.
Para no tener noches complicadas hay que priorizar aquellos alimentos que promueven un sueño de mejor calidad y la especialista destaca los siguientes: