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La reunión de unas 500 personas infringe las normas establecidas en el marco de la pandemia por el Covid-19 y las disposiciones del Gobierno Provincial.
La medida forma parte de uno de los protocolos establecidos para la realización de ceremonias religiosas, sin embargo ha generado controversia entre los fieles.
Fue luego de la polémica desatada hace unos días por la negación a darle la comunión a la nena con síndrome de down en una iglesia del vecino departamento.
Raquel, madre de María Fernanda, afirmó que su hija está “muy angustiada” y criticó al sacerdote.
En la diócesis local se rehúsan a pronunciarse sobre la polémica por la denegación de la comunión a una niña con síndrome de Down.
Los protestantes, que se autoproclamaban católicos, aseguraron que se trata de una diócesis "arcaica" que “siempre” genera problemas.
En un comunicado, el párroco afirmó que sólo se propuso a sus padres “continuar con una catequista especial para una mejor preparación”.
Pese a que la niña había realizado sus dos años de catequesis, en la iglesia consideraron que “no estaba preparada”.
