La mesa liderada por Facundo Cecenarro, del Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar), y Rory Ritchie, de Kobrea, con la moderación de Julio Bruna Novillo, también de Segemar, analizó los desafíos y oportunidades que presenta la actividad minera en la región.

El panel destacó que Mendoza posee un inmenso potencial geológico, en particular en Malargüe Distrito Minero Occidental, conocido por formar parte de la reconocida Faja Miocena, una formación con alto potencial cuprífero compartido con Chile.

 Sin embargo, se subrayó que la explotación de estos recursos requiere de una actualización en los niveles de exploración y un trabajo multidisciplinario que abarque aspectos geológicos, hídricos, ambientales y sociológicos. 

Rory Ritchie, de la empresa Kobrea, señaló que el interés por Mendoza radica tanto en su posición dentro de un cinturón geológico de relevancia mundial como en los esfuerzos realizados por las autoridades locales para fomentar la inversión minera.

El especialista enfatizó que la exploración inicial es un proceso fundamental que puede abrir las puertas a futuros desarrollos, aunque señaló la naturaleza compleja y a largo plazo de estos proyectos, donde solo una pequeña proporción de los prospectos logra convertirse en depósitos económicamente viables.

En la mesa de diálogo se hizo hincapié en la importancia de mantener el acceso abierto a la información geológica recopilada en años previos, disponible tanto en la sede central de Buenos Aires como en la regional de Mendoza.

Este conocimiento, según los expositores, es esencial para reducir la brecha de exploración entre Mendoza y otras regiones como San Juan o Chile. 

También se expuso sobre la necesidad de una estrategia comunicacional eficaz para acercar a la sociedad a la minería sostenible. Los especialistas coincidieron en que no basta con comunicar avances técnicos; es vital que los mensajes lleguen de manera clara y constante, promoviendo la confianza y el entendimiento mutuo. 

Finalmente, se destacó el papel que pueden jugar iniciativas de sostenibilidad y economía circular en el desarrollo de la minería mendocina, no solo para responder a la creciente demanda global de minerales críticos, sino también para mitigar impactos ambientales y generar valor social a largo plazo.